La espuma de la cerveza

La pregunta que asola a muchos es si la cerveza se sirve con o sin espuma. La respuesta es muy clara: sí, la cerveza tiene espuma.

La cabeza de cerveza, también conocida como cabeza o corona, es una de las partes más reconocidas e importantes de la bebida, ya que ayuda a proteger el aroma y el sabor de la cerveza, así como por razones estéticas. La espuma es el resultado directo de la fermentación, uno de los procesos más importantes de la cerveza. Cuando la levadura inicia el proceso de fermentación, comienza a liberar alcohol. Es decir, el azúcar y el almidón comienzan a descomponerse en el mosto, produciendo naturalmente dióxido de carbono, que es el gas natural de la cerveza. La espuma desprende los aromas de la cerveza. La espuma se forma cuando una gran cantidad de burbujas de dióxido de carbono ascienden a la superficie de la bebida y estallan.
Esta es exactamente la razón por la que las burbujas son tan importantes. En cuanto revienta la espuma, se liberan todos los aromas presentes en la cerveza, contribuyendo a una experiencia gustativa más profunda. El sabor es otra razón por la que la espuma es importante en la cerveza. Cuantas más burbujas hay, menos contacto tiene el líquido con el aire. Esto es para evitar que la bebida se oxigene y para evitar la pérdida inmediata de gas.
Así que la próxima vez que te sirvas una buena cerveza, no olvides dejar la cantidad justa de espuma para una experiencia de sabor y aroma sin igual.

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